Los sistemas de videovigilancia fabricados por estas dos compañías chinas no podrán ser adquiridos por el Gobierno de los Estados Unidos, además de que se desmontarán todas las instalaciones en las que hayan sido usados. La prohibición se extiende a todos sus afiliados o subsidiarios.
Durante el pasado 26 de julio y 1 de agosto, y en el marco del NDAA (National Defense Authorization Act), mediante el cual se autoriza el gasto público en defensa del país, se votó en la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos el proyecto de ley que prohibiría el uso estatal de los equipos de videovigilancia producidos por Hangzhou Hikvision Digital Technology y Dahua Technology Company, dos de los fabricantes top de la industria, además de Hytera Communications, fabricante de sistemas de radios móviles.
La prohibición se refiere específicamente al uso de estos equipos en ‘seguridad pública, de instalaciones gubernamentales, sistemas de seguridad y vigilancia de infraestructura crítica y otros propósitos de seguridad nacional’. Entrará en vigencia a más tardar un año después de su promulgación.
Pero este veto no se refiere únicamente al uso futuro de estos equipos sino que, además, establece la necesidad de evaluar el uso actual de estas marcas y tecnologías, así como la elaboración y puesta en marcha de un ‘Plan de Salida’ para que no haya uno solo de estos productos en las instalaciones del gobierno americano.
La mención a la ‘infraestructura crítica’, en el Proyecto de Ley final, parece sugerir que también se incluye en la prohibición el uso de estas marcas y tecnologías en instalaciones operadas por entidades no gubernamentales que se consideran esenciales para el funcionamiento de la sociedad y la economía.
¿Asuntos de seguridad o intereses comerciales?
No es ningún secreto en el mundo de la seguridad electrónica que, desde hace ya tiempo, el gobierno de los Estados Unidos ha empezado a imponer vetos a varias empresas chinas, como Huawei y ZTE (prohibidos para todos los empleados del gobierno norteamericano) por sospechas de espionaje.
Estas prohibiciones están fundamentadas principalmente en fallas de ciberseguridad encontradas en los equipos de fabricación China, y que representarían una amenaza a la seguridad estatal estadounidense.
Pero lo cierto es que estas prohibiciones pueden estar relacionadas también con el enorme auge que han tenido los productores chinos de sistemas de videovigilancia y la gran amenaza comercial que representan para la industria norteamericana.
En las últimas décadas estas empresas chinas se han destacado por su gran inversión en investigación y desarrollo, y su capacidad de operación a gran escala y a bajo costo, lo que las ha posicionado muy bien en el mercado mundial.
Sin duda, esta nueva prohibición representa un duro golpe al crecimiento de los productores chinos de sistemas de videovigilancia a la vez que representa una gran oportunidad para otras empresas.
Tanto Hikvision como Dahua han emitido declaraciones corporativas, en reacción a la prohibición, en donde explican los hechos a sus canales de distribución en los Estados Unidos.
Source: www.tecnoseguro.com